Querido amigo, adjunto te envio mi respuesta a tu reto de la semana pasada, titulada:
Realidad Alterna.
Hace unos días mi tía le dijo a mi mamá que yo era una santa. Me reí mucho. Y quería llorar. Yo sé que de conocerme pensaría “es la santa más ególatra y egoísta del mundo”. Ah, y se me olvidaba, FALSA.
Vivo mi vida bajo la perfecta pantalla de “nada me importa”. La indiferencia es la mejor excusa si uno fracasa.Que soy fea? Es porque no me importa cómo me veo.Que salí mal en el examen? Es porque no me importó y no estudié. Si todos supieran cuánto me importa, sería una “fracasada” y no una “despreocupada”.
Un amigo un día me dijo que le agradaba porque era “real”. Y yo fui capaz de mantener mi cara dura y seguirle la corriente.
Soy un ogro temperamental. Pocos lo saben. La mayoría del tiempo estoy escondida bajo un disfraz de paciente y tierna.
La gente cree que no tomo ni fumo “por mis principios”. La verdad es que no lo hago por no desbaratar mi fachada de “niña con escrúpulos”.
Lo real no existe. No para mí.
La gente debería odiarme, no por ser como soy en realidad, sino por ser otra cosa y fingir que soy “genuina”. Genuino, a lo mucho, mi chele trasero.
Anónimo.
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