Querida,
Que horrible es pensar cuanta falta me haces,
lo unico que me recomforta y me ayuda a sobrevivir estos tiempos obscuros y solitarios es la idea de que en tu aventura y tus 20 dias de escape de al rituinda y estress mental estas alla tan lejos pero feliz.
estas en tu ambiente, en tu patria adoptada, alojada en la calle de los escritores, poetas y novelistas.
Cada tarde justo antes de la puesta de el sol, sentada en una banca de madera que cruje y se acomoda aceptandoa todo visitante a ver el mundo de una forma diferente, una posicion estacionaria unica e impresindible para admirar algo tan simple como el trafico.
Te imagino ahi en tu santuario leyendo y absorbiendo el instante.
Mi querida marie te envidio terriblemente pues has esncontrado el lugar llamado hogar, no incluye cama ni baño, no tiene mamparas caras ni suelos de madera pero te brinda esa sensacion de bienestar y acogimiento que no encuentras en ningun otro lugar.
Mi querida Marie espero ansiosamente tu carta con relatos incribles y extraordinarios de el viejo mundo, y espero que el dia en que regresas tenga la necesidad de verme como la que tengo yo.
De ver cuantos hemos cambiado y la esperanza que nuestras mentes aun se sincronizen para deleitarnos de las banalidades diarias, tanto que decirte Querida Marie pero prefiero decirtelo cara a cara cuando estes en el nuevo mundo una vez más.
Siempre tu amigo sincero y erratico.
Ignacio Montoya
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